Hace unos días la cadena de supermercados de Lleida Plusfresc, nos hizo saber que presentaba Lo Indíbil, un tinto de DO Costers del Segre (lógicamente) que habían creado junto a las Bodegas Clos – Pons. Un vino que ellos quieren que sea un homenaje a su tierra. Se trata de un tinto joven 75% uva Syrah y 25% Garnacha, rico y fácil de tomar, con diferentes platos, carnes y algún pescado. Sinceramente no soy ningún entendido en vinos, pero si que me declaro un defensor de las cosas bien hechas y de los buenos vinos, y este vino me parece que junta las dos cosas, y además a un precio muy asequible (aprox. 3, 80 € la botella).
Nos pidieron que propusiéramos una receta que cocinaríamos para una cena – comida con amigos / familia y que maridase bien con su vino. Pues bien pensando en que ya les tenía ganas a las croquetas y qué mejor que compartirlo con el resto de la agencia, me puse a hacer croquetas del cocido que preparé el fin de semana como si no hubiera un mañana y me las llevé al estudio para compartirlas con el resto del equipo y de paso serían mis conejillos de Indias. El resultado: nos comimos entre 5 personas casi 15 croquetas, es decir no estaban malas del todo 😉
Receta –
Ingredientes:
*He obviado la mayoría de las cantidades ya que lo que me di cuenta es que las proporciones van en función de la cantidad de carne del cocido que tengamos.
La carne del cocido; en mi caso le puse todo lo que quedó excepto la mano de cerdo, me pareció algo excesivo y que no me pegaba demasiado, pero lo demás todo, butifarra blanca y negra, carne de costilla de ternera, pollo, chorizo y algún resto de la pelota (pilota) que quedó también.
Para la bechamel:
Harina
Mantequilla o margarina
Leche
Nuez moscada
Sal
1 cebolla
Aceite de oliva Virgen Extra
Para el rebozado:
Pan rallado
2 huevos
Al lío – Preparación:
1.- Picar la carne con una batidora, en mi caso utilicé la Thermomix y debo decir que para mi gusto la dejó demasiado picada, a mi me gusta que queden con la carne más deshilachada, no tan masa, supongo que me pasé de velocidad, pero de todas formas estaban dirías, eso va a gustos.
2.- Picamos la cebolla y la rehogamos en una sartén con una cucharada de aceite. Cuando esté rehogada y pochada rectificamos un poco de sal, sin pasarnos.
3.- Retiramos la cebolla y reservamos.
4.- En un cazo derretimos la mantequilla y añadimos la harina, más o menos la misma cantidad. Vamos removiendo para que la harina se tueste, con cuidado que no se nos enganche y se nos queme. Controlar el fuego.
5.- En el mismo cazo que tenemos la mantequilla con la harina vamos añadiendo la leche, poco a poco y vamos removiendo para que no se hagan grumos, recomiendo utilizar una batidora convencional, que podamos ir controlando, los grumos y la consistencia, entre medias añadimos 1 cucharada de café de nuez moscada y seguimos con la leche hasta que veamos que la bechamel nos queda con la consistencia que deseamos. Una vez la tengamos apagamos el fuego y reservamos.
6.- En la sartén en la que tenemos la cebolla pochada, añadimos la carne triturada y lo ponemos a fuego bajo – medio y lo mezclamos bien para que la carne coja el sabor de la cebolla.
7.- En la misma sartén o en el cazo – olla donde tengamos la bechamel lo que mejor nos venga, juntamos carne + cebolla con bechamel y lo mezclamos a fuego bajo – medio durante 3-4 minutos para que se mezcle todo bien, con cuidado de que no se nos enganche.
8.- Apagamos y esperamos a que enfríe.
9.- Buscamos un molde o recipiente que nos quepa toda la masa y lo “pintamos” con aceite, no mucha, lo justo para cubrir toda la superficie de la masa y que más tarde no nos cueste trabajarla.
10.- Reservamos la masa tapada durante un par de horas. Que enfríe bien y que todos los ingredientes mezclen bien sus sabores.
11.- Empanar:
Aquí descubrí algo que no tenía controlado, y era el empanar dos veces, es decir con las manos en las que nos habremos puesto un poco de aceite, para que nos sea más fácil trabajar con la masa, cogemos una porción de masa y la moldeamos, cuando más o menos lo tengamos, no es muy difícil, empanamos primero SIN huevo, únicamente pan rallado y entonces pasamos por huevo y volvemos a empanar, sin escatimar, eso le dará más esponjosidad la croqueta.
12.- Cuando tengamos todas ya listas, no hace falta que las hagamos todas a la vez si no que también las podemos congelar. En mi caso no fue así.
13.- Freír:
En una sartén cubrimos con abundante aceite y calentamos con el fuego fuerte y cuando ya esté realmente caliente freímos las croquetas, las vamos moviendo para que se hagan por igual, que queden bien tostadas.
14.- Sacamos y las ponemos sobre un papel de cocina absorbente para que no nos queden aceitosas.
15.- ¡A por ellas!
P.D.- En internet y sobre todo en Youtube encontré un sin fin de recetas y de trucos de personas que tenían el culo pelao de hacer croquetas y con una pinta cojonuda con lo cual recomiendo que les deis también un vistazo para confirmar, esta receta yo la he hecho una vez únicamente y aunque no duraría en volverla a hacer, creo que se cuento menos sensato el que hacer esta puntualización al respecto.
Lo que si que estoy seguro es que es una receta cercana, de un plato que todos hemos comido y que aparte de todo nos ayuda a economizar en nuestra cocina y de paso marida perfectamente con el vino de Plusfresc, Lo Indíbil.
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